Wednesday, November 27, 2013
El reencuentro
Hay eventos que nos toman por sorpresa. Por ejemplo, una tarde me encontraba leyendo y todo parecía tranquilo, cuando de pronto mis párpados cambiaron, y ya no pudieron contener el asombro. Los ojos aparentemente miraban hacia fuera, pero la vista se centraba en un detallado paisaje dentro de la mente, en cosas que aún a la fecha experimento a párpado cerrado.
No sé cuanto tiempo pasó, pero una vez que terminó el asombro con casi nada de aliento salí al mundo cotidiano en un estado de ensoñación.
Una familia construye un patíbulo y unas niñas practican el aullido de los lobos porque los patíbulos "atraen a los lobos y los incitan a aullar a la luna"...
Yo también puedo hacer cosas (pensaba) me invento rituales con la mera finalidad de disfrutar, pero... no era eso de lo que se trataba, y no hallaba el ingrediente que faltaba.
Pasaron los años, y un buen día mientras estudiaba desvelada para un examen de filosofía a plena luz del medio día sopló el viento. Fue uno de esos ventarrones tan fuertes que no permiten a los párpados mantenerse abiertos porque las basuritas se meten en los ojos, dirigí la mirada hacia el piso y entonces lo vi:
El pasto estaba evidenciando al viento, todas esas pequeñas hojas se estaban moviendo, todas eran acariciadas como por la misma mano, y sin embargo cada una se dirigía en una dirección distinta. Nunca me pareció el pasto tan verde.
Y entonces recordé el cuento pero no a su autor... Éste había sido un evento planeado (horarios de estudio) con un resultado no planeado. Pero aún no encontraba el ingrediente que faltaba.
Nuevamente pasaron los años, detectaron en mi cuerpo cáncer de mama y por algún azar del destino me topé frente a frente con éste cuento. En una etapa en la que estoy aferrándome a la vida con todas las uñas no encuentro aún el ingrediente que falta. Me invade el miedo, pero aún así existe la capacidad del asombro en mí. Este cuento me quita el aliento pero ¿por qué?
Contestar a esta pregunta inicia un camino largo de hallazgos y exploraciones. Surge la idea de hacer una danza a partir de buscar con movimiento lo que se haya más allá de las palabras.
Tuesday, November 19, 2013
Monday, November 18, 2013
Sunday, November 17, 2013
Antecedentes // LA DANZA
Pero dar un antecedente completo cuando se trata de danza sería injusto si no se diese un detallado recorrido por todas las técnicas que hemos aprendido, por las transformaciones que han tenido o las poéticas que se le han ido sumando al paso de cada construcción coreográfica. Habría que hablar de todos los maestros que nos han enseñado que bailar o estar en la clase es ya una postura artística, o un trazo que a nuestro destino hemos dibujado, hablar de todos los bailarines que junto a nosotros han movido el pie para barrer el piso frente a ellos.
Cada uno de nosotros trae una formación corporal, y la exploración que vamos a realizar necesita que tengamos claro dónde comienza y dónde termina esto, así como las herramientas que estamos utilizando en un momento dado para abrirnos paso hacia lo profundo dentro de nosotros. Nuestras convenciones encarnadas son muchas, pero nótese que estas mismas convenciones dejan de
ser un tributo pagado cada que las realizamos en el momento en que distinguimos un porqué, un sentido, un destino, una pasión, o un aliento olvidado.
Estos antecedentes se han encontrado bajo la práctica, pero a partir de ahora son un punto de partida.
Antecedentes // CONÓCETE A TI MISMO
Nuestro tercer soporte tal vez debiera ser el primero, porque habla de cómo nos enfrentamos al mundo, a las cosas. Habla de los inicios de la cultura occidental, de cómo es que pensamos a la sabiduría en tanto que nombramos a las cosas en un intento por conocer al mundo y conocernos a nosotros mismos. En este soporte se encuentra Sócrates, que en un intento por dar respuesta a la pregunta que le provocó un oráculo al decirle que era él el más sabio de todos los hombres, se dispuso a buscar quién podía ser más sabio que él y con ello qué era lo que significaba ser sabio.
Este paso es importante porque nos habla del descubrimiento del mundo a partir de las ideas que de él tenemos. Nos dice que argumentar algo no es lo mismo que tener la opinión de algo, nos dice que un sistema acerca del mundo es tan sólo un sistema acerca de él y no el mundo en sí, es la explicación de los mecanismos o razones que hacen que las cosas se muevan o sean de cierto modo propuestas por una persona, y que estas explicaciones nos hacen explícitas las consideraciones generales o universales ante las particulares. Hablar con sentido puede ser hablar en términos lógicamente correctos dentro de un sistema, sin por ello tener razón, puesto que en retrospectiva sabemos que hay muchos sistemas que han tirado a otros y que han sido tirados por una versión mejorada.
Los signos que tienen un significado lo tienen porque en ellos hay más de un sentido, porque en caso de tener sólo un sentido sería la cosa en sí y ya no un signo. Es decir, que notando la diferencia entre lo que nuestras palabras dicen y las cosas en sí, nos sirve de mucho para buscar una sensación en específico, y para hallar una sensación en específico y dentro de nosotros, necesitamos saber dónde terminamos nosotros y dónde comienza el mundo, dónde comenzamos nosotros y dónde terminan las palabras y las imágenes que tenemos a ellas relacionadas. Quizá esto sea llegar al fondo, aún no lo sabemos. Pero tenemos muy en cuenta que conocernos a nosotros mismos es importante, saber en dónde está la separación, y en dónde la unión previa a todo conocimiento o discurso convenido.
Sócrates decía que debemos conocernos a nosotros mismos, porque de no hacerlo, no es que estuviésemos mal o que nuestra vida pudiese darse por perdida, pero sí que nos faltaría algo para vivirla a plenitud. Quizá dentro de este conocimiento esté el sentido, o quizá esté más allá de él, quizá esté en la mera experiencia o en el momento en el que esa experiencia se prolonga como sombra al atardecer sobre el resto de cada vida. Para hallar lo que quita el aliento en un momento dado, necesitamos tener claro cuándo nos quedamos sin palabras, cuándo estamos ante a un yo que no podemos ni siquiera señalar o decir, y es en este sentido en que nos ayuda este soporte.
Saturday, November 16, 2013
Antecedentes // LOGOTERAPIA
El segundo soporte ha sido sacado de la psicoterapia. Porque no nos bastaba con desmenuzar la palabra bueno, pues para saber eso antes tenemos que rompernos, sentirnos y notar que a cada cosa de la vida somos nosotros los que le damos sentido. La danza puede llegar a ser tan importante para el bailarín como una lucha a muerte, así ha dicho Patricia Cardona en “Dramaturgia del Bailarín: Cazador de Mariposas”, pero todo esto significa dejar salir al animal
escénico, hacer las cosas sin tener idea de cómo es que se está viendo o cómo es que contribuye a una convención social, cultural o a una imagen personal.
Si bien la danza lleva una propuesta artística, para descubrir lo que hace el patíbulo al final del cuento necesitamos tomarla como un trabajo previo en el que se construyen los fundamentos para que desde cierto momento se pueda
dedicar toda la energía a bailar la coreografía, al modo en que hace la familia narrada, o al modo en que las cosas nos quitan el aliento. Suponemos que antes podemos poner una disposición de nuestra parte y con ello permitir que sucedan estas cosas.
Después de observar a muchos, supusimos que la disposición que tenemos ante las cosas las descubrimos notando el sentido que le damos a cada acción. Si algo le parece bueno a alguien, o le da un sentido que le parece bueno para sí mismo (repito, solo hemos trabajado con la palabra bueno) se deja llevar de lleno hacia la experiencia que deviene a la acción. Pero hablar de este tipo de sentidos, es hablar de cosas en las que pareciera que toda la vida está en juego, todo nuestro ser en el aquí y el ahora, una historia completa que va a dar precisamente a ese momento, momento en el que todo cobra sentido, quizá un nuevo sentido. Para esto recurrimos a la logoterapia.
Viktor Frankl nos dice en “El Hombre en Busca de Sentido”, que hallar el sentido de la vida es una fuerza primaria y no una racionalización secundaria.
La voluntad de sentido es el sentido propio que cada uno encuentra para su vida, no es uno que cada uno inventa, y de ello depende lidiar con cualquier fracaso; saber que este sentido ha trazado un destino, que aún nos quedan tareas por realizar para completarlo, y cita a Nietzsche así “quien tiene un porqué para vivir, soporta cualquier cómo”.
Lo contrario a tener voluntad de sentido es el “vacío existencial”, que se manifiesta como tedio, aburrimiento, disposición perfecta para el enajenamiento, para darnos muerte a nosotros mismos al momento de realizar cualquier acción. No sabemos si esto es algo absolutamente necesario para dejarnos quitar el aliento, pero al momento sí es algo necesario para rompernos y continuar con la construcción de la obra.
Friday, November 15, 2013
Antecedentes // AXIOLOGÍA
El primer soporte ha sido ético porque dentro del ruido cotidiano apartamos un tiempo para ensayos, y algunos movimientos que hacemos en los ensayos pueden hacer corto circuito en cada persona, romper la imagen que tenemos de nosotros mismos. Se hace una lucha sin palabras entre los que ensayan fuera o de madrugada y los que están alrededor, entre uno que le ha hallado a una secuencia un sentido que a otro le parece manchar su imagen personal, o cuando otro no puede matizar el movimiento y se hacen ejercicios para este fin y éste que no matiza siente estar perdiendo el tiempo. La obra habla justo de estas cosas, de hacer tareas porque sí, de hacer simulacros que no sirven para nada pero que aun así nos devuelven a nosotros, nos proporciona un crecimiento sin palabras. Los desacuerdos no podían resolverse, pero tenían que hacerlo porque si no, la danza construida resulta ser vacía, hecha por “obligación o fanfarronería”, y no podíamos dejarlo así.
Llegamos a la ética porque parecía ser un problema entre el ser y el deber ser. En la pregunta de por qué hacemos las cosas, o qué es lo que queremos sacar de todo esto. En porqué necesitamos confiar en el juicio de otro para llegar a encontrar algo que nuestro ego, o ruido interno no nos deja encontrar, porque
también es un problema entre lo que cada uno quiere ser y lo que cada uno de hecho es. El primer antecedente ético que tomamos habla de los valores.
En “Los Problemas Fundamentales de la Axiología” Risieri Frondizi, nos describe cómo es que hacemos encomio de las cosas sin a veces saber siquiera lo que cada una es, o de lo que cada una provoca en nosotros. Toma
como ejemplo a la palabra bueno, y nos va llevando por distintos usos que le damos para demostrar que cada que decimos que algo es bueno, tendemos a dar la descripción de la cosa en lugar de dar una definición de lo que es bueno en sí o bueno para nosotros, sentando como el peor de los casos cuando la usamos para señalar un objeto del que no tenemos siquiera un acercamiento pero que nos lo han dichos cercanos a nosotros o expertos en una materia. A todo esto Frondizi le llama “pagar tributo verbal a una convención dada”. Y hasta el momento sólo hemos trabajado con la palabra “bueno”, buscando llegar dentro del uso que le damos, a un contenido que se halla más allá de las palabras, a un contenido que nos resulta vital para romper con la imagen de cada uno y poder llegar al fondo de la danza.
Thursday, November 14, 2013
Antecedentes // SIMULACROS
La obra se basa en el cuento de Julio Cortázar que se titula SIMULACROS. Trata sobre una familia rara que hace tareas porque sí, que reproduce modelos célebres con una finalidad distinta, quizá el mero hecho de sentir el haber estado ahí, o encarnar eso. El cuento narra una ocasión en que la familia se puso de acuerdo para construir un patíbulo en el patio delantero, y de las cosas que se fueron sucediendo hasta que lo terminaron. El análisis de este cuento corresponde a la construcción de la obra, es la guía para responder a las preguntas que planteó a la coreógrafa y que comenzó a ver fuera del cuento en la vida real, y aún más, que una vez que platicó a otros que ahora son miembros del grupo también comenzaron a verlas en sus acciones cotidianas. Para describir este antecedente es necesario haber terminado la obra, y con terminado me refiero a haberla bailado las veces necesarias. Pero por lo pronto se ha ido teniendo que recurrir a otros autores cada que surge algún problema, y aquí anotamos los primeros.
Nuestra intención no era envolvernos de entrada con saberes hallados en los libros ni andar mirando lo que hace la gente y suponer lo que cada acción le significa para reafirmarse, pero hacerlo nos ha sido muy útil. Nos lo ha sido tanto, que incluso nosotros mismos hemos estado revisando el fondo de cada acción; ha sido difícil escribir este documento tomando en cuenta que “lo único que vale es hacer las cosas”, porque si bien necesita definirse una guía, también necesita vivirse la vida, reflexionar en la coreografía, salir al mundo ansiosos de presenciar momentos en los que un incauto se queda sin aliento. Pero aun así hemos hecho éste documento en el que tratamos de plasmar las primeras veces que hemos visto el mundo con los anteojos de todo en lo que nos hemos envuelto, y no fue porque nosotros decidiésemos que tales anteojos eran lindos, sino porque han ido llegando momentos en los que el fracaso nos pide un soporte para salir adelante.
Wednesday, November 13, 2013
Reconocernos
Hablar acerca de algo que nos quita el aliento es hablar de pasiones, porque es un suceso que nos emociona a tal grado que perdemos el conocimiento de nosotros mismos, o más bien podría decirse que nos dejamos a nosotros mismos en suspenso para luego retomarnos, reconocernos y reflexionarnos.
Esto es también hablar de re-conocimiento, o de la búsqueda de un conocimiento continuo respecto de uno mismo. Y aún más, aquellos sucesos que nos sacan, nos marcan, nos transforman pueden, una vez aprehendidos definir acaso una ruta, un destino, es decir, un sentido, puesto que ya hemos presenciado un contraste en el que podemos distinguir lo que nos afirma a nosotros mismos; cosas que nos hacen mal, cosas que nos hacen bien, cosas que buscamos para alcanzar un estado de bienestar o de felicidad.
Tuesday, November 12, 2013
Concepto // un primer acercamiento // Toparse con el último aliento.
“Una brisa del norte balanceaba suavemente la cuerda de la horca… y mis primos y tíos recorrieron lentamente la plataforma, haciendo temblar los fundamentos con sus pasos… en el silencio que siguió la luna vino a ponerse a la altura del nudo corredizo, y en la rueda pareció tenderse una nube de bordes plateados… Quedó la calle… Nosotros ya nos habíamos ido a dormir y soñábamos con fiestas, elefantes y vestidos de seda.”
Recupero la consciencia de mí, y recuerdo que antes de lo sucedido tan solo puedo recordar haber sentido en mí una bocanada de aire entrando en mis pulmones, lo demás fue suspenso, acecho consumado, un darse cuenta que no puedo describir porque la narrativa completa está a un nivel de sensaciones que guardará para siempre mi cuerpo.
Algunos sucesos nos toman por sorpresa. Los hay de distintos tipos: planeados o no planeados; aquellos que nos afirman o que nos sacan de nosotros; aquellos que nosotros vivimos en carne propia y aquellos de los cuales tenemos solo un atisbo porque de algún modo hemos sido testigos.
Todos irrumpen dentro del cotidiano, y lo hacen de tal modo que nuestra propia atención omite la referencia hacia nosotros: las cosas se van sucediendo de un modo tal que se arma un evento que nos mantiene en suspenso, asombrados, sin aliento, olvidados más no enajenados, y tan sólo podemos dar cuenta de ellos una vez que revisamos lo que quedó anotado en los recuerdos. Y una vez que han terminado, continuamos con una sensación insistente que condimenta el contexto de lo cotidiano.
Pero, algunas veces, sucede que tratamos de reproducir éstos sucesos y algo no nos funciona, algo nos falta. Se nos quedan las ganas de ser algo, de demostrarnos algo, o de experimentar algo. Las cosas fallan, seguimos reproduciendo, buscando, derrochando todo tipo de recursos sin llegar a nada. Pero es que quizá no sabemos lo que estamos buscando.
Dentro de un cotidiano en el que caemos en el enajenamiento, en la sustitución del sujeto por el predicado, en pagos tributarios a convenciones encomiásticas ya dadas, en quedarnos al borde de saber el modo en que nos emociona cada cosa que experimentamos (porque muchas veces no llegamos siquiera a emocionarnos), buscamos el ingrediente que falta, aquello que nos coloca de nuevo en nosotros mismos, aquello que por una pasión nos afirma, lo que nos reivindica ante el río de cambios que no nos permite asimilarnos.
Lo que intento hacer aquí es:
-meditar;
-cavilar;
-calcular;
-considerar;
-deliberar;
-discurrir;
-especular;
-observar;
-pensar;
-razonar;
-recapacitar.
Vaya, lo que intento hacer aquí es reflexionar: considerar de una manera nueva y detenidamente por qué hay ciertas cosas que nos quitan el aliento, por qué ser testigo del momento en que a otros se les va el aliento nos puede quitar el aliento, y mucho más importante: por qué no estamos tan acostumbrados a que se nos vaya el aliento, por qué no estamos adecuados a buscarlo en vez de permanecer aburridos aunque activos y enajenados.
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